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martes, 30 de julio de 2019

La necedad de las lolas .- por Jacobo Schifter


Cada vez que el presidente, los Ministros de Educación o su gabinete hacen un discurso y utilizan los "los y las" para incluir a los hombres y a las mujeres, este, que ya de por sí era tedioso, se extiende en un 20%. Tanto molesta esto que la gente ahora pregunta, antes de asistir a cualquier evento, si el orador es de la Real Academia o de las "Lolas". Se observa que la asistencia a los discursos de los personajes "Lolas" se ha venido reduciendo considerablemente. Para los ticos, agobiados por las presas, las "lolas" se perciben como estar a las cinco de la tarde en el Virilla.
Para entender esta pugna por la lengua, empecemos por la Real Academia. Esta nos ha dicho que utilizar las "lolas" es redundante: "los", en estos casos, es neutro e incluyente. Cuando decimos "los ciudadanos", estamos hablando de hombres y de mujeres: " La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extra lingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos."
Los amantes de las "Lolas", por el contrario, nos dicen que esta posición ignora que el término masculino se ha usado históricamente como incluyente porque las mujeres, hasta el siglo XX, no eran consideradas ciudadanas, ni siquiera completamente humanas. El representante de ellas era el varón y por ende, lo masculino era la norma.
El problema de las Lolas es que ninguna palabra que sustituimos para hablar más correctamente borra la anterior. Cada una lleva el legado de las antecesoras y la última, aumenta al cuadrado lo bueno y lo malo de la primera. Pensemos en varios grupos. El término para los homosexuales ha evolucionado desde sodomos- playos- invertidos- enfermos sexuales- maricones-homosexuales, gays-sexo-diversos. El nombre para las trabajadoras del sexo ha ido desde puta-zorra-meretriz-mujer de la calle-mujer de ambiente-prostituta-trabajadora sexual. Los negros han ido desde negros-jamaiquinos- personas de color- Afro costarricenses. Los judíos hemos evolucionado desde judíos, polacos, hebreos, israelitas.
Aunque creamos que los últimos términos son políticamente correctos, cada salto incluye todo el prejuicio de la anterior palabra. Al final, "gay", "trabajadora del sexo", o "Afro-americano" han cuadriplicado el prejuicio porque la última palabra lleva consigo las demás. “Afro americano” tiene más prejuicio que “negro” porque nunca se nos ocurre llamar a los no negros como “Europeos-latinoamericanos”. “Israelita” por judío conlleva la idea que no son ticos; “gay” implica que la orientación homosexual, no así la heterosexual, es una nacionalidad con bandera e himno y que sus miembros pertenecen a otro país.
Cuando las "Lolas" usan sus "lolas", lo que hacen es recordarnos, una y otra vez, que existe la necesidad de incluir a las mujeres y que estas necesitan una ayuda especial.


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